El precio de la energía sigue siendo un tema de gran relevancia en España. Recientemente, la Comisión Europea ha instado a los países miembros a reducir el IVA de la electricidad para aliviar la carga económica sobre los hogares y mejorar la competitividad industrial. Sin embargo, el Gobierno español ha descartado bajar el IVA de la luz 2025 al 5%, manteniéndolo en el 21%, una decisión que ha generado debate en diversos sectores.

Un cambio de rumbo en la fiscalidad energética

Durante la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania, el Gobierno implementó una bajada temporal del IVA de la luz al 5% para mitigar el impacto de la inflación en consumidores y empresas. No obstante, en 2024 esta medida fue revertida, volviendo al tipo impositivo original del 21%. Según la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, esta reducción fue una medida excepcional y no una estrategia fiscal permanente.

El mantenimiento del IVA en su nivel más alto ha provocado una serie de reacciones en el sector eléctrico en España. Muchas asociaciones de consumidores y expertos han señalado que esta decisión afecta negativamente a los hogares más vulnerables, que dependen de un mayor consumo eléctrico para calefacción, refrigeración y electrodomésticos básicos. Asimismo, las pymes y grandes industrias también ven encarecidos sus costes operativos, lo que puede afectar su competitividad en el mercado.

Impuesto al diésel en el punto de mira

Mientras la Comisión Europea recomienda reducir la carga fiscal sobre la electricidad, el Ejecutivo español apuesta por aumentar el impuesto al diésel. Este incremento tiene como objetivo desincentivar el uso de combustibles fósiles y promover un consumo energético más sostenible, alineándose con las directrices de Bruselas para la transición ecológica. No obstante, esta propuesta ha generado rechazo en sectores que dependen de este tipo de combustible, como el transporte y la industria.

A pesar de los esfuerzos por fomentar el uso de energías renovables en España, la electricidad sigue siendo uno de los principales gastos en los hogares españoles. La transición hacia fuentes de energía más limpias se enfrenta a desafíos como la falta de incentivos fiscales directos para los consumidores o empresas que buscan invertir en autoconsumo y eficiencia energética.

Impacto en consumidores y empresas

El mantenimiento del IVA de la luz en 2025 en el 21% llega en un momento en el que la inflación sigue en ascenso, alcanzando el 3% en febrero, impulsada en gran parte por el precio de la electricidad en España. Esta decisión supone un desafío tanto para los hogares como para las empresas, que ven cómo su factura de la luz sigue encareciéndose.

Para las industrias, que dependen en gran medida de la electricidad para su producción, este aumento en costes energéticos podría traducirse en una subida de precios para los consumidores finales. Por otro lado, los pequeños negocios, especialmente los del sector servicios, también podrían verse obligados a ajustar sus tarifas para compensar el gasto adicional en energía.

Desde AHORROLUZ seguimos de cerca la evolución del mercado energético en España y trabajamos para ofrecerte las mejores opciones de ahorro en la factura de la luz. En un contexto donde las políticas fiscales pueden influir directamente en el precio de la energía, contar con un comparador de tarifas eléctricas es clave para encontrar la tarifa más conveniente y optimizar el consumo.

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